La importancia de una mujer instructora en defensa personal femenina

Gema (alumna) y Marta (maestra)

En el mundo actual, la seguridad personal es una preocupación para las mujeres. Estamos en un momento en el que buscamos nuestro bienestar absoluto, y donde hemos comprendido y destapado los privilegios masculinos instaurados. Estamos listas para enfrentarnos y poner límites.

La defensa personal se ha convertido en una herramienta de gran valor. Porque, como Arrebatadas enseña, ya no se trata únicamente de aprender técnicas de autodefensa, sino también de un proceso de autocuidado a todos los niveles; por lo que es importante tener en cuenta quien nos enseña Defensa Personal Femenina.

Siempre es importante encontrar una buena persona cuando abrimos un proceso, sea el que sea, deportivo o no. Que no solo cumpla su función literal de saber teoría y práctica del ejercicio (en este caso artes marciales), sino que lo acompañe de una educación alrededor de la práctica. Es decir que sea una maestra y que sus herramientas vayan más allá de lo puramente físico. (Filosofía alrededor de la práctica, experiencias personales, desarrollo emocional, etc)

Y en el caso de la defensa personal femenina aún es más importante cuidar quien nos enseña estas técnicas aplicadas y quien nos acompaña en el camino. Porque una mujer que enseña a mujeres lo hace desde una perspectiva compartida y fomenta la empatía a la hora de guiar a la alumna a lo largo de la práctica.

Esto permite que se cree un espacio seguro, donde se sienten

cómodas con sus tiempos, la comunicación, los procesos, las emociones y sus particularidades. Porque su maestra es capaz de leer de forma natural la energía de la clase y ponerse en su piel. Creando no solo un aprendizaje, sino un camino de acompañamiento y comprensión.

Arrebatadas es un sistema de defensa adaptable para todas, también es comunidad, es una red de seguridad para quienes no la tengan ya, es conciencia.